Las personas que no consumen productos lácteos tienen en las semillas de sésamo, una fuente válida de calcio. Proporciona magnesio, fósforo, cobre, manganeso y también hierro. Otra peculiaridad de estas semillas es su abundancia en lecitina, que resulta útil para reducir y controlar los niveles de colesterol.
Su sabor, parecido a la nuez, resulta apropiado tanto para platos salados como para repostería dulce, ofreciendo diferentes texturas y usos que dan mucho juego en la cocina.
También, espolvorear unas semillas sobre una ensalada, unas crepes o unas magdalenas, les da siempre un toque más vistoso y apetecible.